

Vicente Ferrer, un ángel español para la India
Pronto se manifestó su fervor religioso y su entrega en la lucha contra la pobreza: en 1944 ingresó en la Compañía de Jesús y ochos años más tarde llegó a la India como misionero jesuita.
Su destino fue la costera ciudad de Bombay, hoy capital financiera de la India, pero en su primera misión religiosa en Manmad ya empezó a salir a las calles, a mezclarse con las gentes e idear proyectos para solucionar el precario abastecimiento de agua, una de las tragedias del campesinado indio.
La construcción de un hospital, dos escuelas y el apoyo entre los lugareños le granjearon la enemistad de los radicales hindúes y la suspicacia de las autoridades, siempre renuentes a aceptar la ayuda humanitaria exterior.
El inacabable abanico de programas desplegados por su ONG (vivienda, educación, freno de los abusos sexuales, instrucción de samaritanas "dalit") es tan abrumador que se ha ganado el reconocimiento de las autoridades.
Son muchos los que destacan la enorme calidad humana de Vicente Ferrer y su esfuerzo por ayudar a aquellos que mas lo necesitaban.
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