En los últimos años el interés por la protección del medio ambiente ha ido en aumento. La aparición de la perspectiva de desarrollo sostenible ha provocado el tránsito de la visión de desarrollo desde la cantidad de crecimiento hasta la calidad de crecimiento, lo que hace que la inclusión del impacto medioambiental sea muy importante en los estudios de desarrollo.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la falta de acciones drásticas para frenar el cambio climático y la acelerada pérdida de la biodiversidad pone en peligro el futuro del mundo. Los problemas medioambientales son de distinto rango y afectan de manera particular a cada país o región. A los que se derivan de la pobreza y el subdesarrollo, que afectan al Tercer Mundo, se le suman aquellos provocados por la enorme producción y consumo de los países del Norte.
Entre los problemas que se encuentra el Tercer Mundo relacionados con el medio ambiente destacan la falta de agua potable y su contaminación, que da lugar a la propagación de enfermedades como la malaria y la diarrea; el saneamiento básico inadecuado; la contaminación del aire en el interior de las viviendas o en las ciudades; y el agotamiento y degradación de la tierra, que afecta a un tercio de la humanidad a través de la contaminación, la erosión del suelo, el agotamiento de los nutrientes, la escasez de agua y la salinización . Pero además, a estos se les añade la deforestación del bosque derivada de la explotación abusiva para la obtención de madera o para la producción agrícola y ganadera. Podemos también citar la creciente pérdida de la biodiversidad y el incremento de los denominados “gases invernadero” como cuestiones a afrontar.
Por otra parte, los principales problemas derivados de la actividad económica de los países ricos son la reducción de la capa de ozono, y la emisión de “gases invernadero”, en especial en el caso de Estados Unidos, responsable de 25 por ciento de las proyecciones. A estos se les añade la lluvia ácida.
Pero estos problemas no repercuten sólo en aquellos que los provocan, sino que se extienden a todo el planeta, siendo los países en desarrollo los que más sufren sus consecuencias, bien por su situación geográfica o bien porque son más vulnerables a los efectos nocivos, por ejemplo, en el caso del cambio climático. El Norte industrializado está en una mejor posición para afrontar los problemas climáticos, ya que dispone de los recursos necesarios. Es imprescindible la cooperación Norte- Sur para afrontar estas cuestiones si consideramos la calidad medioambiental como un “bien público mundial”.
Gran cantidad de estudios advierten que el elevado ritmo de crecimiento es poco sostenible a nivel medioambiental. Por su parte, el PNUMA indica que el crecimiento de la población, los patrones de consumo no sostenibles y la expansión urbana socavan los esfuerzos para proteger el planeta de nuevos daños ambientales. El ritmo acelerado de consumo de recursos y la contaminación hacen tambalear el planeta e introducen serias dudas de si el mundo podrá superar tal presión sin que se lleven a cabo profundos cambios en el modelo económico actual. “Estamos viviendo mucho más allá de nuestros medios” afirma el PNUMA.
No sólo preocupan los tradicionales asuntos que aún no se han resuelto o no han sido tratados, sino que el programa de la ONU ha dado cuenta de la preocupante aparición de nuevos problemas derivados del deterioro ambiental como el incremento de las "zonas muertas" de oxígeno en los océanos o la propagación de nuevas y antiguas enfermedades.
La calidad del medio ambiente es parte fundamental del concepto de desarrollo humano sostenible. Si el desarrollo actual se hace a expensas del de las generaciones futuras podremos hablar de crecimiento, pero no de desarrollo humano. Además, el deterioro grave del medio ambiente atenta contra recursos básicos para gran parte de la población mundial, sobre todo la más desfavorecida. Es muy importante unir la lucha contra la pobreza con la mejora ambiental, ya que existe una relación de doble sentido en el que la población de los países en desarrollo sufre el deterioro del medio ambiente, siendo a la vez causante de problemas medioambientales.
De este modo, se han llevado a cabo una serie de actuaciones para la cooperación medioambiental Norte- Sur. Desde programas de sensibilización en los países en vías de desarrollo hasta la gestión multilateral del problema ambiental, a la que pertenece el PNUMA.
La ONU tiene un papel principal como organismo internacional en este sentido y en su seno se han firmado los principales convenios y tratados mediambientales existentes. Además, es el encargado de apoyar los esfuerzos en el cuidado del medio ambiente, principalmente en los países en vías de desarrollo, que son de los que menos recursos disponen. Si bien, el PNUMA advierte que los esfuerzos son insuficientes para la magnitud de los desafíos a afrontar y critica la falta de voluntad política para hacerles frente, sobre todo por parte de los países ricos, que tienen más capacidad de actuación.
Fuentes:Din Matamoro, Imágenes mentales
Iglesia-Caruncho, M. (2005). El impacto económico y social de la cooperación para el desarrollo. Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación, Universidad Complutense de Madrid
PNUMA
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