El embargo tiene como blanco a la Guardia Revolucionaria y busca acotar sus ambiciones en el terreno militar
Brasil, que votó contra el acuerdo junto a Turquía, dice que puede tener consecuencias trágicas
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer nuevas medidas sancionadoras contra Irán como castigo por su programa nuclear. Las sanciones fueron impulsadas por Estados Unidos y apoyadas por doce de los quince miembros del Consejo. Turquía y Brasil votaron en contra, y el Líbano se abstuvo.
Las nuevas medidas, todas de carácter económico, apuntan contra la Guardia Revolucionaria, la mayor organización militar de Irán, sus ambiciones en materia de misiles balísticos y las inversiones relacionadas con el área nuclear. El documento especifica que se prohíbe a Irán cualquier actividad relacionada con cohetes capaces de transportar cabezas nucleares, así como también la compra de armamento pesado como tanques, helicópteros, aviones de combate o buques de guerra, entre otros.
La resolución incluye imposiciones para impedir transacciones y actividades comerciales internacionales a la Guardia Revolucionaria, a la que se considera responsable del control del programa nuclear iraní. También se le prohíbe al país persa cualquier inversión relacionada con la minería del uranio. La lista de compañías sancionadas asciende de 35 a 40, quince de ellas directamente relacionadas con el cuerpo de élite militar de Teherán. A la lista de 40 ciudadanos iraníes a los que se ya se les habían congelado sus bienes en el pasado se añade ahora el nombre de Javad Rahiqi, jefe del Centro de Tecnología Nuclear de Isfahan.
En cuanto a las penalizaciones financieras, el Consejo de Seguridad pide, aunque no exige, que el resto de los países detengan las transacciones económicas con compañías financieras iraníes cuando tengan sospechas razonadas de que contribuyen al desarrollo de armamento nuclear en Irán.
La secretaria de Estado de EE.?UU., Hillary Clinton, definió las nuevas medidas como «las más duras adoptadas hasta ahora», pero señaló que están lejos de ser un castigo que paralice la economía iraní. La secretaria de Estado contestaba así a los argumentos de Brasil, cuya embajadora afirmó que las nuevas sanciones provocarán penuria entre los ciudadanos iraníes.
Tanto Brasil como Turquía llegaron el pasado mes de mayo a un acuerdo con Irán para que este país pudiera enriquecer uranio en el extranjero y evitar así las nuevas sanciones. La mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU no ha estado de acuerdo con la estrategia de estos dos países. Ello no amilanó a la embajadora brasileña ante la ONU. Maria Luiza Ribeiro advirtió que las nuevas sanciones podrían tener «consecuencias trágicas». «En el pasado, la ONU tuvo experiencias que, como fue el caso de Irak, demuestran que la espiral de sanciones, amenazas y aislamiento pueden acabar en consecuencias trágicas».
La resolución es producto de largos meses de negociaciones en los que se suavizaron medidas propuestas por Washington y sus aliados. En particular, Pekín se aseguró de que las restricciones no afectaran a la industria petrolera iraní, de la que la economía china es uno de los mayores clientes.
Fuente: La Voz
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