Va ganando la diplomacia palestina
Israel ve con preocupación que sus vecinos sumen apoyos en la aceptación internacional antes de alcanzar un acuerdo de paz. Ecuador reconoció el Estado soberano palestino después de que lo hicieran Argentina y Brasil.
Gran Bretaña corre el riesgo de recibir protestas por parte de Israel al elevar el estatus de la representación diplomática de los palestinos en Londres, en respuesta al progreso hecho por su liderazgo en Cisjordania, en las preparaciones para la construcción de un Estado. Aunque la movida sería más simbólica que práctica, está siendo contemplada en un momento en que Israel ve con preocupación los esfuerzos palestinos por lograr reconocimiento internacional antes de las negociaciones o el acuerdo de paz. Ayer la Autoridad Palestina rechazó una propuesta de acuerdo provisional de Israel que dejaba de lado asuntos conflictivos como Jerusalén y los refugiados (ver recuadro).
Estos movimientos adquirieron impulso cuando Estados Unidos decidió, al comienzo de este mes, abandonar los esfuerzos por persuadir al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu para que renueve la moratoria de la construcción de asentamientos a cambio de reanudar las negociaciones directas entre ambas partes. El presidente palestino, Mahmud Abbas, insistió en que no volvería a las conversaciones sin un congelamiento de los asentamientos.
La semana pasada, Ecuador fue el último de una serie de países latinoamericanos, incluyendo a Brasil y Argentina, en conferir reconocimiento a un Estado palestino dentro de las fronteras que existían antes de la Guerra de los Seis Días de 1967. Israel considera que esos pasos –que en sí mismos tienen poco significado práctico– ayudan a que el liderazgo palestino piense que puede lograr un Estado sin negociaciones directas.
El gobierno británico no tiene la intención de seguir el ejemplo latinoamericano. Su aumento de nivel de la presencia palestina llega después de movidas similares por parte de Francia, España y Portugal. En julio, Estados Unidos elevó el estatus de la representación palestina en Washington, aunque sólo hasta el nivel de “delegación general”, que hace tiempo que prevalece en la mayoría de los países europeos, incluyendo a Gran Bretaña.
Aunque Israel no protestó formalmente por ninguna de estas decisiones, reaccionó agudamente a la más reciente decisión de Noruega de elevar el nivel del representante palestino en Oslo a comienzos de este mes. El encargado de negocios noruego fue llamado a la Cancillería para una “conversación”, a pesar de dejar en claro que la decisión no constituía un reconocimiento del Estado palestino.
La medida no tendría ningún impacto práctico en el trabajo día a día del representante palestino en Londres, actualmente el profesor Manuel Hassassian. Pero probablemente permitiría a la delegación llamarse a sí misma una “misión” y conferiría un derecho automático a los futuros representantes de visitar al canciller después de su primera llegada al país. Pero mientras el aumento de nivel francés previsto para el representante palestino –oficialmente la Organización de Liberación de Palestina– será presentar sus credenciales al presidente, la movida británica no podría otorgar un derecho equivalente, conferido a los embajadores de los Estados actuales, de presentar las credenciales a la reina.
Como la francesa, la decisión británica abarcaría mayormente un reconocimiento de que el gabinete palestino, para el premier Salam Fayyad, ha hecho progresos considerables en el servicio público y en la reforma de seguridad como parte de su plan de dos años para prepararse para un Estado palestino y no para la reciente impase en las negociaciones.
Cuando el canciller francés, Bernard Kouchner, anunció un aumento de nivel en julio, se desvivió por señalar que los palestinos habían “reorganizado sus administraciones, transparentado sus finanzas públicas y logrado resultados incuestionables con respecto a la seguridad y al respeto por la ley”. Diciendo que Francia había apoyado la creación de “las instituciones de un futuro Estado”, dijo que era “el momento apropiado” para elevar de nivel a la delegación general palestina.
El momento para cualquier decisión británica se ha complicado por la tensión de la atmósfera diplomática después de la paralización de las conversaciones. El diario Haaretz informó la semana pasada que el director general de la Cancillería, Rafael Barak, envió un cable a sus embajadas, alertándolas sobre el esfuerzo diplomático de los palestinos, impulsados por la falta de progreso en el proceso de paz: buscando una resolución de la ONU condenando los asentamientos; ganando el reconocimiento internacional de un Estado palestino basado en las fronteras de 1967 y buscando aumentos de nivel en representaciones diplomáticas en Europa y otros lugares.
Fuente: The Independent
Israel ve con preocupación que sus vecinos sumen apoyos en la aceptación internacional antes de alcanzar un acuerdo de paz. Ecuador reconoció el Estado soberano palestino después de que lo hicieran Argentina y Brasil.
Gran Bretaña corre el riesgo de recibir protestas por parte de Israel al elevar el estatus de la representación diplomática de los palestinos en Londres, en respuesta al progreso hecho por su liderazgo en Cisjordania, en las preparaciones para la construcción de un Estado. Aunque la movida sería más simbólica que práctica, está siendo contemplada en un momento en que Israel ve con preocupación los esfuerzos palestinos por lograr reconocimiento internacional antes de las negociaciones o el acuerdo de paz. Ayer la Autoridad Palestina rechazó una propuesta de acuerdo provisional de Israel que dejaba de lado asuntos conflictivos como Jerusalén y los refugiados (ver recuadro).
Estos movimientos adquirieron impulso cuando Estados Unidos decidió, al comienzo de este mes, abandonar los esfuerzos por persuadir al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu para que renueve la moratoria de la construcción de asentamientos a cambio de reanudar las negociaciones directas entre ambas partes. El presidente palestino, Mahmud Abbas, insistió en que no volvería a las conversaciones sin un congelamiento de los asentamientos.
La semana pasada, Ecuador fue el último de una serie de países latinoamericanos, incluyendo a Brasil y Argentina, en conferir reconocimiento a un Estado palestino dentro de las fronteras que existían antes de la Guerra de los Seis Días de 1967. Israel considera que esos pasos –que en sí mismos tienen poco significado práctico– ayudan a que el liderazgo palestino piense que puede lograr un Estado sin negociaciones directas.
El gobierno británico no tiene la intención de seguir el ejemplo latinoamericano. Su aumento de nivel de la presencia palestina llega después de movidas similares por parte de Francia, España y Portugal. En julio, Estados Unidos elevó el estatus de la representación palestina en Washington, aunque sólo hasta el nivel de “delegación general”, que hace tiempo que prevalece en la mayoría de los países europeos, incluyendo a Gran Bretaña.
Aunque Israel no protestó formalmente por ninguna de estas decisiones, reaccionó agudamente a la más reciente decisión de Noruega de elevar el nivel del representante palestino en Oslo a comienzos de este mes. El encargado de negocios noruego fue llamado a la Cancillería para una “conversación”, a pesar de dejar en claro que la decisión no constituía un reconocimiento del Estado palestino.
La medida no tendría ningún impacto práctico en el trabajo día a día del representante palestino en Londres, actualmente el profesor Manuel Hassassian. Pero probablemente permitiría a la delegación llamarse a sí misma una “misión” y conferiría un derecho automático a los futuros representantes de visitar al canciller después de su primera llegada al país. Pero mientras el aumento de nivel francés previsto para el representante palestino –oficialmente la Organización de Liberación de Palestina– será presentar sus credenciales al presidente, la movida británica no podría otorgar un derecho equivalente, conferido a los embajadores de los Estados actuales, de presentar las credenciales a la reina.
Como la francesa, la decisión británica abarcaría mayormente un reconocimiento de que el gabinete palestino, para el premier Salam Fayyad, ha hecho progresos considerables en el servicio público y en la reforma de seguridad como parte de su plan de dos años para prepararse para un Estado palestino y no para la reciente impase en las negociaciones.
Cuando el canciller francés, Bernard Kouchner, anunció un aumento de nivel en julio, se desvivió por señalar que los palestinos habían “reorganizado sus administraciones, transparentado sus finanzas públicas y logrado resultados incuestionables con respecto a la seguridad y al respeto por la ley”. Diciendo que Francia había apoyado la creación de “las instituciones de un futuro Estado”, dijo que era “el momento apropiado” para elevar de nivel a la delegación general palestina.
El momento para cualquier decisión británica se ha complicado por la tensión de la atmósfera diplomática después de la paralización de las conversaciones. El diario Haaretz informó la semana pasada que el director general de la Cancillería, Rafael Barak, envió un cable a sus embajadas, alertándolas sobre el esfuerzo diplomático de los palestinos, impulsados por la falta de progreso en el proceso de paz: buscando una resolución de la ONU condenando los asentamientos; ganando el reconocimiento internacional de un Estado palestino basado en las fronteras de 1967 y buscando aumentos de nivel en representaciones diplomáticas en Europa y otros lugares.
Fuente: The Independent
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