La discriminación y la violencia de las minorías sexuales en Irán

Irán: Sufren minorías sexuales discriminación y violencia

Las leyes y las políticas discriminatorias contra los homosexuales y otras minorías sexuales en Irán los exponen al peligro de hostigamiento, violencia e incluso muerte, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Las minorías sexuales de Irán, especialmente las que se identifican como lesbianas, gais, bisexuales o transgénero (LGBT), son víctimas tanto de los agentes del Estado como de particulares, en parte porque dichos actores saben que pueden abusar de ellas sin consecuencias.

El informe "Somos una generación enterrada": Discriminación y violencia contra las minorías sexuales en Irán, basado en los testimonios de más de un centenar de iraníes, documenta la violencia y la discriminación contra las personas LGBT y otras personas cuyas prácticas sexuales y expresión del género no van acorde con las normas socio religiosas aprobadas por el Gobierno. Human Rights Watch analizó estos abusos dentro del contexto de las violaciones cometidas por el Gobierno contra la población general, que incluyen arrestos y detenciones arbitrarias, invasiones de la privacidad, maltrato y tortura de detenidos, así como la falta de garantías del debido proceso y el juicio justo.

Los miembros de las minorías sexuales en Irán están asediados por todas partes", señaló Sarah Leah Whitson, directora para Oriente Medio de Human Rights Watch. "Las leyes están en contra de ellos, el Gobierno los discrimina abiertamente y están expuestos al hostigamiento, el abuso y la violencia debido a que los responsables creen que pueden atacarles con impunidad".

Las fuerzas de seguridad de Irán, entre ellas la policía y el basij, las fuerzas paramilitares de línea dura, recurren a leyes discriminatorias para acosar, arrestar y detener a personas que consideran gais, según constató Human Rights Watch. Los incidentes suelen ocurrir en parques y cafés, aunque Human Rights Watch también documentó casos en los que las fuerzas de seguridad allanaron casas y vigilaron sitios de Internet con el propósito de detener a personas sospechosas de mantener una conducta sexual o una expresión del género no conforme con lo establecido.

El informe documenta también casos en los que la policía y el basij maltrataron aparentemente y en algunos casos torturaron a personas realmente LGBT o sospechosas de serlo, tanto en lugares públicos como en centros de detención. Varias personas entrevistadas alegaron que miembros de las fuerzas de seguridad las habían atacado sexualmente o violado.

Las leyes iraníes reflejan la actitud hostil del Gobierno frente a las minorías sexuales. El Código Penal criminaliza todas las relaciones sexuales fuera del matrimonio tradicional. Los "delitos" de relación entre personas del mismo sexo se consideran hudud, ofensas contempladas por la sharia o ley divina [islámica], por "exigencia del Dios". Los castigos son severos. En virtud del Código Penal, lavat (sodomía) acarrea la pena de muerte cuando el juez determine que hubo penetración.


Otras formas de sexo sin penetración entre hombres acarrean un centenar de latigazos para cada uno de los amantes y la muerte cuando se reincida cuatro veces. Las relaciones sexuales entre mujeres, o mosaheqeh, conllevan castigos similares.

Irán es uno de los únicos siete países con leyes que permiten ejecuciones por la conducta sexual consensuada entre personas del mismo sexo. Los otros son Mauritania, Nigeria, Arabia Saudita, Somalia, Sudán y Yemen.

Human Rights Watch insta al Gobierno iraní a que:

  • Anule todas las leyes y otra legislación dentro del Código Penal Islámico que criminalicen las relaciones sexuales consensuadas entre personas del mismo sexo.

  • Revoque inmediatamente todas y cada una de las condenas y sentencias impuestas por relaciones consensuadas entre personas del mismo sexo, y ponga inmediatamente en libertad a los que estén cumpliendo dichas condenas.

  • Anule inmediatamente todas las condenas a muerte impuestas por el crimen de lavat (sodomía) presuntamente cometido por personas cuando eran menores de 18 años, independientemente de que el acto fuera consensuado o forzado.

  • Prohíba el hostigamiento público, el abuso y la violencia por motivos de género contra minorías sexuales por parte de las fuerzas de seguridad, lo que incluye a las unidades basij, e investigue y enjuicie a los miembros de las fuerzas de seguridad involucradas en dichas acciones.

  • Cese toda persecución y trampas policiales, incluida las campañas de trampas por Internet y las redadas en casas, por parte de las fuerzas de seguridad contra minorías sexuales o personas con identidades sexuales y de género no conformes con lo imperante.

  • Prohíba el acoso, el maltrato, la tortura y los ataques sexuales contra minorías sexuales por parte de las fuerzas de seguridad durante la detención, e investigue y enjuicie a los miembros de las fuerzas de seguridad involucradas en dichas acciones.

  • Prohíba el uso en todos los enjuiciamientos, incluidos los relacionados con las relaciones entre personas del mismo sexo, de testimonios o confesiones que hayan sido aparentemente obtenidas mediante tortura o amenazas de tortura u otras formas de maltrato.

  • Permita un acceso adecuado a servicios de atención física y psicológica a los iraníes transgénero, lo que incluye terapia hormonal para las personas que se hayan sometido a una operación de cambio de sexo.

Human Rights Watch instó también a otros países y al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados a que implementen políticas y recomendaciones para salvaguardar los derechos de los vulnerables refugiados y solicitantes de asilo LGBT de Irán.

Esperemos que las conclusiones de este informe, sirvan para dar cuenta de la grave situación a la que se enfrentan los individuos gays, lesbianas, y bisexuales que viven en Irán y que la comunidad internacional no quede de brazos cruzados ante ello. Estas personas no deben de ser discriminadas por su condición sexual, como seres humanos que son, son merecedores de un trato igualitario.

Fuente: http://www.hrw.org/es/news

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