Cada día que pasa se pone más de manifiesto que los aliados iniciaron la operación militar en Libia sin la más mínima previsión. No sólo por la polémica sobre quién debía hacerse cargo de los bombardeos, sino porque ninguno puede responder una semana después cuánto durarán los ataques ni qué pasará después.
El martes, en Londres, los países aliados se reunirán con representantes de la ONU, la Liga Árabe, la Unión Africana y miembros del Consejo de transición formado por los rebeldes en Bengasi. De allí debería salir una hoja de ruta de lo que será el futuro del país.
Sobre cómo acabar con el régimen de Gadafi hay dos vertientes bien definidas. Por una parte, París y Londres se muestran dispuestos a alargar el conflicto todo lo que sea necesario hasta que caiga el régimen. Italia, sin embargo, cree que las operaciones deben terminar cuanto antes y el ministro de Exteriores, Franco Frattini, se mostró dispuesto a presentar una alternativa conjunta con Alemania.
París y Londres se muestran dispuestos a alargar el conflicto
En una entrevista en La Repubblica, Frattini explicó que la iniciativa tiene tres puntos y se fundamenta en "el alto el fuego, sobre todo". El titular de Exteriores aboga por que sea la ONU la que se encargue de la verificación, mientras se trabaja "en la creación de un corredor humanitario que ya estamos estudiando con el Gobierno turco". También España está pendiente de ese corredor para enviar ayuda.
El plan italiano pasa por conseguir un "compromiso de la Unión Africana y la Liga Árabe para que apoyen a la oposición de Bengasi. Ellos quieren una Libia unida, no quieren negociar con Gadafi, pretenden respetar los tratados internacionales firmados por su país, incluidos los comerciales", según Frattini. Esto es lo que más preocupa al Gobierno italiano, que teme que el protagonismo de Sarkozy pueda dar al traste con la influencia de Roma en Libia, y modificar los jugosos acuerdos energéticos de los que depende Italia. Frattini aseguró que "no se puede pensar en una solución que contemple la permanencia del coronel en el poder", aunque abogó por un "exilio del que la Unión Africana ya se está haciendo cargo para encontrar una solución".
EEUU quiere retirarse
Washington, por su parte, anunció que esta semana irá reduciendo su presencia militar en la zona y mostró dudas de que la intervención pueda acabar con el régimen. "Tenemos otro tipo de armas en nuestra caja de herramientas además de martillos [...] uno no debería subestimar la posibilidad de que el régimen se resquebraje por sí mismo", dijo ayer el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates.
"Tenemos otro tipo de armas además de martillos"
Un alto funcionario de la OTAN afirmó a Reuters que la Alianza ya ha tomado el mando de todas las operaciones.
En el frente de batalla, los insurgentes consiguieron tomar el control de Ras Lanuf, Briga, Uqaila y Bin Jawad, todas ciudades de la costa oriental, al tiempo que trataban de aguantar los ataques de las fuerzas leales a Gadafi en Misurata, que otro día más se vio asediada por el fuego de artillería. Por la tarde, 20 vehículos militares cargados con baterías antiaéreas partieron de Sirte, feudo y ciudad natal del dictador, rumbo a Trípoli. Quizá sea la señal de que Gadafi se prepara para el asalto final.
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