Últimamente se está hablando mucho de establecer una zona de exclusión aérea, Por ejemplo la que se propuso establecer en Libia, o la que Japón ha impuesto sobre la central nuclear en problemas (de un radio de 30 kilómetros sobre la central nuclear de Fukushima-1).
¿Pero qué es? Pues se trata del establecimiento de un espacio en el que queda totalmente prohibido la navegación aérea sin el consentimiento y control de la entidad (o entidades) que la han establecido. Volviendo sobre el ejemplo de Japón, la medida afectará a todos los vuelos que atraviesan dicha zona, a excepción de los que sirven en las tareas de búsqueda y rescate de supervivientes.
No se trata sin embargo de una medida que pueda resultar extraña en cuanto a seguridad, así por ejemplo es activada en aquellas ocasiones en las que los niveles de seguridad requerida sea alto, pongamos por ejemplo una Cumbre del G8.
Pero la aplicación no sólo se ampara en motivos de seguridad, sino que también puede tener connotaciones militares, como el actual caso de la propuesta sobre Libia. Sin embargo, este tipo de medida no es tan simple como a priori pueda parecer. Cualquier violación de esa zona implicaría una intervención militar. Pero no sólo eso, sino que previamente a su establecimiento, se deben hacer las operaciones que resulten precisas en tierra que permitan que el control del espacio aéreo puede hacerse con seguridad por parte de las aeronaves encargadas de la vigilancia.
Tenemos abundantes ejemplos de esta medida aplicada al ámbito de la logística militar. En abril de 1991, EE.UU. y sus aliados crearon una zona de exclusión en territorio de Irak sobre el paralelo 36, para proteger a la población kurda de matanzas impulsadas por Saddam Hussein. En agosto de 1992, se amplió al sur con otra zona bajo el paralelo 32 a favor de la población chií. Se argumentó que una condena de la ONU, que no lo autorizaba específicamente, era suficiente. Pero su secretario general, Boutros Ghali, la consideró una medida “ilegal”.
En Bosnia, la medida la tomó por unanimidad el Consejo de Seguridad de la ONU, por las matanzas en la guerra de los Balcanes por el régimen de Slobodan Milosevic. El 9 octubre de 1992, se prohibieron los vuelos militares sobre Bosnia, y el 10 de noviembre se amplió la zona de exclusión aérea sobre Bosnia-Herzegovina a las naves civiles.
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