Conflicto entre Colombia, Venezuela y Ecuador

Hemos asistido a unos días durísimos y tensos en América Latina por el conflicto generado, que de momento parece haberse solucionado en parte.

Lo cierto es que analizando la situación previa, a nadie debe extrañar que se haya llegado a tal punto de tensión, y más sabiendo que los líderes implicados son víctimas y rehenes de su situación interna.

En lo interno, Uribe se había quedado sin espacio de iniciativa en las liberaciones que se estaban produciendo. En lo externo, su alianza con los Estados Unidos y el Plan Colombia (del que Obama parece que no va a querer saber nada) habían acrecentado los recelos con unos vecinos políticamente muy alejados. Así las cosas, a Colombia se le multiplicaban también los contenciosos limítrofes, como buena muestra son los relacionados con las Islas de San Andrés y el Golfo de Venezuela.

Importantísimo de cara al consumo interno de su población ha sido todo el proceso de liberación de rehenes. Como he comentado, Uribe se había quedado sin margen de maniobra, y contemplando cómo otros interlocutores se llevaban el mérito de ser los “óptimos” gestores de liberaciones. Así las cosas, no ayudó la propuesta de Chávez de declarar a las FARC como representativas (y no como terroristas). La propuesta no contó con el apoyo por ejemplo de Brasil, de Perú o de Ecuador, ni por supuesto Colombia. El hecho de que las FARC fuesen reconocidas como beligerantes tiene una transcendencia jurídica y política vital, y la simple propuesta no ha sentado nada bien en Colombia. No quiero entrar aquí a valorar si Chávez busca legitimar “la Gran Patria Bolivariana” como sugieren algunos, o si por el contrario sólo intenta llegar a una solución negociada y pacífica como sugieren otros, lo dejo a la interpretación de cada uno de los lectores que seguramente tendrá su punto de vista.

La que está pasando es que en ese hipotético proceso de paz, los que menos pasos parecen estar dando son las FARC, que utilizan a terceros implicados como Francia o Venezuela como altavoces de su causa.

En cuanto a Chávez, la derrota en el referéndum ha supuesto un golpe a su proyecto. Sin hacer ningún juicio de valor, Chávez se sirvió de la liberación de rehenes y de su papel de interlocutor en el conflicto para reafirmar su imagen. Las desavenencias con Uribe a lo largo de todo el proceso no hicieron más que complicar la situación, como la citada propuesta de reconocer a las FARC como interlocutores. Lo cierto es que se equivoca Chávez en tomar cierto tipo de decisiones que implican directamente a un tercer Estado, sin contar lo más mínimo con la voluntad del representante democráticamente elegido del mismo.

Es una pena que la situación en torno a este tema haya devenido de ese modo, puesto que es un tema muy delicado, y que exige el máximo de sentido de Estado y colaboración, puesto que sin esa citada colaboración nunca se llegará a una solución para las víctimas del conflicto, de las FARC, los desplazados, el narcotráfico, los paramilitares, etc. Como se ha puesto de manifiesto, existe una clarísima necesidad de integración colectiva en defensa en la región, con un enfoque no tan localista que entienda que existen problemas que se manifiestan localmente pero cuya solución y naturaleza responde a lo global. La seguridad de las naciones, hoy ya no encuentra su respuesta en exclusiva en el territorio estatal.

Sin excusas, Uribe debe pedir perdón por la flagrante violación de la soberanía ecuatoriana, pero relacionado con lo comentado en el párrafo anterior, podemos entender que dar cobijo a los rebeldes representa igualmente una violación de la soberanía e integridad del Estado vecino. No se puede consolidar una democracia si no se respeta la ajena. La situación no es nueva, y son conocidas las escaramuzas en los límites territoriales con Ecuador, que argumenta dificultades de medios para controlar sus fronteras (por las que no sólo se “cuelan” rebeldes, si no también refugiados del conflicto, no lo olvidemos). No se entienda con esto que excuso a Uribe, su actuación fue la peor de las posibles en el contexto, y me reafirmo en que debe pedir perdón por su actuación, lo que pretendo es dar una vuelta de tuerca y ver que nadie tiene las manos del todo limpias en este asunto.

¿Y qué pasa con Brasil y Argentina? Pues que como potencias de la región deben actuar como tales y aportar soluciones. Era importante que nadie haya tomado partido, de modo que se evitase la creación de bloques que multiplicaría exponencialmente la importancia del conflicto, y aquí creo que se equivocó Ortega al hacerlo.

¿Está todo solucionado? No, porque los problemas que hicieron llegar a esta situación subsisten, y lo seguirán haciendo hasta que todos busquen soluciones conjuntas respetando al otro. En este punto será importante la mesura que aporten Argentina y Brasil. Descarto de mediadores a Francia y a España, ambos también en sus “asuntos internos”, con Sarkozy perdiendo presencia a pasos agigantados y con España saliendo de unas elecciones nuevamente tras una legislatura muy tensa y tras un nuevo atentado terrorista.

La realidad es que la guerra es un negocio con muchísimas ganancias (para los de siempre), pero Colombia, Ecuador, Venezuela y Estados Unidos se necesitan, y deben apostar por abandonar posturas maniqueas. ¿Por ejemplo? Por ejemplo el Plan Colombia, para algunos es la excusa de Estados Unidos para invadir Venezuela tras haberlo hecho en Irak, para otros es la salvación al problema de las FARC y el narcotráfico. Debemos buscar posturas intermedias que abandonen los puntos de vista extremistas, porque seguramente, y siguiendo con el manido Plan Colombia, el mismo no sea ni lo uno ni lo otro, porque como he dicho la guerra y el narcotráfico son negocios con muchas ganancias... ojalá algún día alguien se acuerde de la gran perdedora: la humanidad.

Un saludo a todos.

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