Se trata de la protección que otorga el Estado a las personas que ha reconocido como apátridas. En España está regulado a través del Reglamento de reconocimiento del Estatuto de Apátrida (Real Decreto 865/2001). El Estado reconocerá la condición de apátrida a los extranjeros que, careciendo de nacionalidad, reúnan los requisitos de la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas, de 1954. La instrucción es llevada a cabo por la Oficina de Asilo y Refugio, pero es el Ministro de Interior el encargado de resolver.
Las personas a las que se les reconoce su condición de apátridas tienen derecho a residir y trabajar en España y recibirán –siempre que no se opongan razones de seguridad o de orden público– una tarjeta acreditativa y un documento del viaje, que les permita trasladarse fuera del territorio. Tendrán asimismo derecho a la reagrupación familiar.
Actualmente los solicitantes del Estatuto de Apátrida tienen acceso a las mismas prestaciones sociales que los solicitantes de asilo, pero no es un derecho especificado en su reglamento.
Debemos recordar la importancia que hoy en día tiene la nacionalidad para el ejercicio de los derechos más básicos y no caer en una espiral de exclusión. La nacionalidad es un vínculo jurídico entre una persona y un Estado. La nacionalidad brinda a las personas un sentido de identidad, pero muchísimo más importante aún, les permite ejercer una amplia variedad de derechos. Esta importancia viene destacada por la propia Declaración Universal de Derechos Humanos que afirma que “toda persona tiene derecho a una nacionalidad”, reconociendo así la importancia jurídica y práctica de la nacionalidad para el disfrute de los derechos humanos.
Destaquemos también que cuando hablamos de apatridia no tratamos un tema residual, sino que la ONU estima que actualmente hay unos 12 millones de apátridas en todo el mundo.
FORMACIÓN RELACIONADA:
- Triple Máster en Derecho Internacional, Derechos Humanos y Cooperación Internacional
- Doble Máster en Derecho Internacional y Derechos Humanos
- Máster en Derecho Internacional y Relaciones Exteriores e Internacionales
- Máster en Cooperación Internacional y Relaciones Exteriores
- Curso Especialización en Cooperación Internacional y Migraciones
Las personas a las que se les reconoce su condición de apátridas tienen derecho a residir y trabajar en España y recibirán –siempre que no se opongan razones de seguridad o de orden público– una tarjeta acreditativa y un documento del viaje, que les permita trasladarse fuera del territorio. Tendrán asimismo derecho a la reagrupación familiar.
Actualmente los solicitantes del Estatuto de Apátrida tienen acceso a las mismas prestaciones sociales que los solicitantes de asilo, pero no es un derecho especificado en su reglamento.
Debemos recordar la importancia que hoy en día tiene la nacionalidad para el ejercicio de los derechos más básicos y no caer en una espiral de exclusión. La nacionalidad es un vínculo jurídico entre una persona y un Estado. La nacionalidad brinda a las personas un sentido de identidad, pero muchísimo más importante aún, les permite ejercer una amplia variedad de derechos. Esta importancia viene destacada por la propia Declaración Universal de Derechos Humanos que afirma que “toda persona tiene derecho a una nacionalidad”, reconociendo así la importancia jurídica y práctica de la nacionalidad para el disfrute de los derechos humanos.
Destaquemos también que cuando hablamos de apatridia no tratamos un tema residual, sino que la ONU estima que actualmente hay unos 12 millones de apátridas en todo el mundo.
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